Complicaciones en cirugías de columna: ¿qué consecuencias acarrean?


Las cirugías de columna vertebral se realizan con el objetivo de aliviar el dolor, corregir deformidades o estabilizar estructuras comprometidas. No obstante, dada la complejidad anatómica de esta región y la proximidad a estructuras nerviosas fundamentales, estos procedimientos conllevan riesgos significativos. Las complicaciones pueden derivar de errores en la planificación quirúrgica, imprecisiones en la técnica operatoria o problemas postoperatorios que afectan la recuperación del paciente.

 

Lesiones nerviosas y alteraciones neurológicas

Una de las complicaciones más temidas en la cirugía de columna es el daño a estructuras nerviosas. Dependiendo de la localización y la gravedad de la lesión, el paciente puede experimentar desde alteraciones leves en la sensibilidad hasta déficits motores permanentes. La compresión o sección accidental de un nervio puede derivar en parestesias, debilidad muscular o, en los casos más graves, parálisis parcial o total. Para minimizar estos riesgos, se emplean sistemas de monitorización neurofisiológica intraoperatoria que permiten detectar alteraciones en tiempo real y ajustar la técnica quirúrgica de inmediato.

 

Infecciones postoperatorias y sus consecuencias

Las infecciones tras una cirugía de columna pueden comprometer tanto los tejidos superficiales como las estructuras profundas, incluyendo el hueso (osteomielitis) y el espacio epidural (abscesos epidurales). Estos cuadros pueden provocar dolor intenso, fiebre y alteraciones neurológicas si no se detectan y tratan a tiempo. La administración de antibióticos profilácticos, la técnica quirúrgica meticulosa y el estricto control de asepsia son medidas fundamentales para reducir la incidencia de estas complicaciones.

 

Fallos en la fijación e inestabilidad vertebral

Los procedimientos que implican la colocación de implantes, como tornillos pediculares o placas, pueden presentar complicaciones si no se logran una fijación adecuada y una correcta alineación biomecánica. La mala posición de estos dispositivos puede provocar desplazamientos, fracturas o compresión de estructuras nerviosas, generando dolor persistente y limitaciones funcionales. En algunos casos, es necesario recurrir a cirugías de revisión para corregir estos problemas y evitar el deterioro progresivo de la columna.

 

Complicaciones vasculares y hemorragias

Durante la cirugía de columna, el riesgo de hemorragia es elevado debido a la densa vascularización de la región y la proximidad a grandes vasos sanguíneos. Un sangrado excesivo puede comprometer la estabilidad hemodinámica del paciente y aumentar la probabilidad de complicaciones postoperatorias. Además, los hematomas epidurales pueden comprimir la médula espinal y los nervios, generando síntomas neurológicos graves que requieren drenaje quirúrgico urgente. La evaluación preoperatoria detallada y el uso de técnicas hemostáticas avanzadas ayudan a mitigar estos riesgos.

 

Dolor crónico y síndrome de cirugía fallida de columna

No todos los pacientes experimentan una mejoría significativa tras una cirugía de columna. En algunos casos, el dolor persiste o incluso se agrava, lo que da lugar al denominado síndrome de cirugía fallida de columna. Esta condición puede deberse a una selección inadecuada de la indicación quirúrgica, técnicas incorrectas o respuestas anómalas del organismo a la intervención. El tratamiento del dolor crónico en estos pacientes suele requerir un enfoque multimodal que incluya terapia física, farmacológica y, en algunos casos, procedimientos intervencionistas adicionales.

 

Trombosis venosa profunda y embolia pulmonar

La inmovilización prolongada tras una cirugía de columna aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda, una condición en la que se forman coágulos en las venas de las piernas. Si estos coágulos se desprenden y alcanzan los pulmones, pueden causar una embolia pulmonar, una complicación potencialmente letal. Para prevenir estas situaciones, es fundamental la movilización temprana del paciente, el uso de anticoagulantes en casos de alto riesgo y la aplicación de medidas mecánicas como medias de compresión graduada.

 

Importancia del seguimiento postoperatorio

El éxito de una cirugía de columna no solo depende de la precisión de la intervención, sino también de un adecuado seguimiento postoperatorio. La identificación temprana de cualquier complicación permite implementar tratamientos oportunos y mejorar el pronóstico del paciente. Las consultas periódicas, el control de la cicatriz quirúrgica y la rehabilitación guiada por especialistas son esenciales para optimizar la recuperación y reducir el riesgo de secuelas a largo plazo.

 

Las cirugías de columna pueden ser altamente efectivas cuando se realizan con un adecuado criterio clínico y técnico. No obstante, los riesgos asociados a estos procedimientos exigen una planificación rigurosa y un seguimiento estrecho para minimizar complicaciones. La detección temprana de problemas postoperatorios y una atención multidisciplinar son clave para mejorar los resultados y garantizar el bienestar del paciente.

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