Negligencias médicas
Solo conociendo cuales son las negligencias médicas en el embarazo y el parto más habituales podremos estar alerta y prevenidos frente a los mismas, lo que nos permitirá poner todo lo que esté en nuestra mano, para evitar una negligencia médica con repercusiones en el bebé o en la madre.
Como significábamos en el encabezamiento de este artículo, debemos distinguir dos fases: el embarazo y el parto
Negligencia médica durante parto
La catalogación como negligencia médica de una acción u omisión realizada por un ginecólogo durante el embarazo o durante el parto dependerá, esencialmente, de si el mismo ajustó su actuación a los protocolos y documentos de consenso de la principal sociedad de nuestro país en esta materia, esto es, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia SEGO, y de una entidad dependiente de la misma, la SESEGO (Sección de Ecografía de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia).
Negligencias Médicas durante el embarazo
Durante el embarazo, las negligencias médicas más habituales suelen estar relacionadas con la falta de diagnóstico de malformaciones fetales. Pueden citarse, por ejemplo:
- Errores en el cribado síndrome de Down.
- Errores al no diagnosticar malformaciones fetales evidenciables en las ecografías morfológicas que se realizan durante el embarazo. Especialmente durante el segundo trimestre, por ser el límite previsto legalmente por la ley para proceder a la interrupción voluntaria del embarazo.
- La amniocentesis. Punción abdominal de la matriz para extraer una pequeña cantidad del líquido amniótico que rodea el feto con el objeto de confirmar o descartar alguna anomalía en el feto). En estos casos los errores pueden venir por no acordar su realización cuando la misma esta recomendada por las especiales circunstancias del caso. Pero, también, por su deficiente realización que puede causar lesiones graves a la madre o al feto e incluso el fallecimiento, por ejemplo, en aquellos casos en los que por impericia en su realización se secciona alguno de los vasos arteriales de la placenta.
En definitiva, se trata en muchas ocasiones de errores de diagnóstico por impericia del médico cuya repercusión será conocida en el momento del nacimiento.
Negligencia médica en el parto
Dentro de las negligencias médicas en el parto, debemos distinguir dos subapartados, las relacionadas con el feto, y las relacionadas con la gestante.
En el caso del feto
Distocia de hombros: es decir que durante el parto los hombros del bebé se atoran dentro de la vagina de la madre. En muchos casos esta situación es previsible, por el tamaño del feto, la desproporción pélvico-cefálica… En aquellos casos en los que fuera previsible y no se acuerde la extracción programada mediante cesárea, podríamos estar ante una negligencia médica en el parto.
Existen casos en los que aun sin concurrir factores de riesgo se produce igualmente. Dependiendo de la pericia del obstetra, pueden provocarse lesiones importantes en el feto, que van desde una hipoxia cerebral más o menos grave a la lesión del plexo braquial.
Sufrimiento fetal o también denominado pérdida de bienestar fetal: se define como un estado que altera la fisiología fetal antes o durante el parto, de tal modo que es probable su muerte o la aparición de lesiones permanentes en un período relativamente breve de tipo parálisis cerebral. Normalmente el sufrimiento fetal es causado por un déficit de oxígeno secundario principalmente a:
- Insuficiencia en la circulación útero-placentaria, compresión del cordón umbilical y complicaciones fetales como la sepsis o las hemorragias.
- Rotura uterina.
- Aspiración de meconio.
- Vueltas de cordón.
- Desprendimiento prematuro de placenta.
Retraso en la asistencia: Una negligencia que suele darse con cierta frecuencia, sobre todo en centro privados, es el retraso en la asistencia cuando concurre alguna complicación en el parto. Es habitual que el ginecólogo encargado del parto no se encuentre en el centro, por lo que su demora en acudir al mismo puede hacer que una complicación imprevista sea diagnosticada y tratada con retraso.
En el caso de la madre
Distocia de hombros: como hemos visto, esta circunstancia puede tener repercusión para el bebé, pero también para la madre. No es infrecuente que, en estos casos, se produzcan secuelas para la madre en forma de desgarros o lesiones en estructuras anatómicas colindantes.
Episiotomía. Incisión que se realiza en el periné partiendo de la vulva hacia el ano, con el fin de minorar las posibilidades de n desgarro de los tejidos durante el parto y facilitar la expulsión del feto. La realización de una episiotomía con una deficiente angulación puede suponer una negligencia médica que provoque secuelas en forma de lesión del esfínter anal interno y/o externo que puede acarrear una incontinencia de gases y heces.
Desgarros vaginales. Se pueden producir por diversas circunstancias, pero esencialmente suelen venir aparejados al uso incorrecto de los fórceps o ventosa obstétrica, normalmente por la impericia en su manejo por parte del obstetra o también por su uso a destiempo, por ejemplo, cuando el feto no alcanzado el III o IV plano de Hogde.
Maniobra de Kriteller. Maniobra consistente en presionar de modo enérgico con ambos puños o con el antebrazo sobre el fondo del útero. En la actualidad dicha medida no está autorizada por la SEGO en España salvo en aquellos casos en los que la cabeza del feto se encuentra ya encajada. Si se realiza antes puede provocar daños a la madre en forma de desgarros y lesiones a estructuras anatómicas colindantes.
Incontinencia fecal y/o de gases. En ocasiones acaece durante un breve periodo de tiempo tras el parto una incontinencia de gases. Circunstancia que puede ser completamente normal y no debida a una mala praxis. Sin embargo, si esta clínica permanece en el tiempo, puede ser consecuencia de una negligencia médica al haber pasado inadvertida (y no haberse reparado de forma precoz) una lesión del esfínter anal interno o externo.
Neuropatía del nervio pudendo. En ocasiones la deficiente asistencia por parte del obstetra puede provocar lesiones en el nervio pudendo en forma de neuropatía del mismo.
En general durante el parto (según todos los protocolos y guías clínicas) se debe estar especialmente alerta ante posibles alteraciones en el registro cardiotocográfico (monitor) y ante la existencia de aguas teñidas de meconio, para diagnosticar precozmente cualquier posible patología que ponga en riesgo la salud o la vida de la gestante y el feto, tomando en consecuencia las medidas terapéuticas oportunas que normalmente pasaran por proceder a la extracción del feto inmediata por la vía más rápida en cada caso (vaginal o abdominal mediante cesárea).
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