En contra de lo que suele pensarse la primera causa de amputaciones en nuestro país no deriva de los accidentes de circulación, sino de una enfermedad metabólica como es la diabetes. En segundo lugar, se encuentran los accidentes de circulación, seguidos a distancia por los accidentes laborales.
Por tanto, cuando hablamos de amputación relacionada con una negligencia médica, es inevitable hacerlo también de la diabetes, y en particular del “pie diabético”
La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
El pie diabético es una complicación de la diabetes que aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes (hipertensión arterial, hipercolesterolemia…) que provocan daño en los vasos y nervios de los pies y/o en las extremidades inferiores, y producen complicaciones a medio-largo plazo.
El pie diabético es una patología grave. Su diagnóstico precoz y sobre todo su tratamiento adecuado resultan esenciales para evitar su evolución natural hacía la amputación del pie o incluso de la extremidad afecta.
En aquellos casos en los que se acredite que la amputación del pie es consecuencia de una mala praxis, el paciente tendrá derecho a ser indemnizado por la secuela consistente en la amputación, daño moral, perjuicios económicos, periodo de incapacidad temporal, incapacidad laboral… y, por supuesto, por las prótesis que precise a lo largo de su vida.