La epilepsia se define como un trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral se vuelve anormal y provoca convulsiones o periodos de comportamiento inusual, habitualmente acompañados de pérdida de consciencia.
Dentro de las causas de la epilepsia existen diversos tipos, como por ejemplo el origen genético, las enfermedades cerebrales, infecciosas, traumatismos.
Negligencia médica que pueden ocasionar epilepsia
Además de las causas enumeradas anteriormente, existen algunas negligencias médicas, que pueden causar epilepsia. Estos son algunos ejemplos:
- Hipoxia intraparto. Lo que se conoce como la parálisis cerebral por perdida de bienestar fetal (o sufrimiento fetal) en sus formas más graves (como la tetraparesia espástica) es habitual que lleve aparejada como una secuela añadida la epilepsia con crisis más o menos frecuentes, en función de la severidad de la lesión cerebral ocasionada durante el parto y la respuesta específica que desarrolle del paciente a la medicación habitualmente empleada en estos casos (Depakine).
- Hipoglucemias severas. Al igual que ocurre en el caso de falta de oxígeno (hipoxia), la falta de glucosa en sangre, si es muy acusada y mantenida en el tiempo, puede y de hecho ocasiona lesiones cerebrales graves. Una de las secuelas que podría ocasionar una hipoglucemia severa no diagnosticada y tratada de forma precoz es la epilepsia.
- Caída del recién nacido (traumatismos en la cabeza). Los traumatismos en el cráneo pueden ocasionar, como una secuela, epilepsia. En el caso de los recién nacidos en los que el cráneo no está del todo formado y presenta una consistencia menor que en el caso de un adulto, un golpe en el cráneo puede provocar importantes lesiones, que a su vez pueden suponer que al menor se le genere una epilepsia.
- Hipoxia en quirófano. Cuando un paciente se somete a una cirugía o a una prueba diagnóstica en la que resulte preciso sedación y respiración asistida, puede ocurrir que una eventualidad no atendida a tiempo ocasione un periodo de hipoxia cerebral. Por ejemplo, una desaturación por salida del tubo de intubación que no sea advertida por el anestesista. Estos casos acaecen sobre todo en los supuestos en los que se realiza un proceso de sedación sin la presencia del especialista indicado: el anestesista. De tal manera que es el propio especialista que realiza la prueba o la intervención, el que se encarga de controlar el proceso de sedación. Ello da lugar que, ante la más mínima complicación, se genere una situación de riego extremo para el paciente.
- Meningitis. Retrasos diagnósticos que pueden dar lugar a lesiones cerebrales que desencadene como secuela crisis epilépticas, al igual que puede ocurrir en el caso de las encefalitis herpéticas.