La hemiplejía se define como un trastorno en el que la mitad contralateral del cuerpo queda paralizada. Las causas más habituales de una hemiplejía están relacionadas con el ICTUS, pero también pueden ser provocadas por enfermedades que afectan a la medula espinal.
La hemiplejía es una secuela de carácter muy grave
Se trata de una secuela que, aunque puede alcanzar distintos niveles, es de carácter grave. Tanto es así, que si atendemos al baremo recogido en la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación (norma que habitualmente se emplea para determinan la indemnización que corresponde en un caso de negligencia médica) puede alcanzar una puntuación de 80 puntos. Lo que se traduce, por ejemplo, en un paciente de 50 años, en que la indemnización que solo por esa secuela le puede corresponder es de más de 220.000 euros. Y ello, sin tener en cuenta otros muchos conceptos indemnizatorios que deben computarse tales como: periodo de perdida temporal de calidad de vida, los perjuicios morales por perdida de calidad de vida, perjuicios estéticos, perjuicios a familiares, incapacidad laboral que puede llegar a sumar un millón de euros.
Hemiplejía como secuela de un Ictus
Como hemos adelantado, la causa principal de la hemiplejía esta relacionada con los accidentes cerebrovasculares (ICTUS). De ahí que cuando nos referimos a las negligencias médicas relacionadas con la hemiplejía debamos centrarnos especialmente en dicha patología.
El ictus tiene dos mecanismos causales: por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro; por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral.
En el primer caso hablamos de ictus isquémicos; son los más frecuentes (hasta el 85% del total) y su consecuencia final es el infarto cerebral (situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre). En el segundo caso nos referimos a ictus hemorrágicos; son menos frecuentes, pero su mortalidad es considerablemente mayor. Como contrapartida, los supervivientes de un ictus hemorrágico suelen presentar, a medio plazo, secuelas menos graves.
Las negligencias médicas que pueden ocurrir en caso de Ictus y dar lugar a una hemiplejía
Son fundamentalmente dos:
- De un lado el error o retraso diagnóstico. El diagnóstico del Ictus, es fundamentalmente clínico, es decir, se alcanza, normalmente, con la exploración realizada por el facultativo (sobre todo cuando los signos son claros y manifiestos) y en algunos casos es precisa la realización de pruebas diagnósticas (TAC, RMN, Doppler…); por ello en ocasiones una exploración no exhaustiva y detallada puede lugar a un error de diagnóstico o a un retraso en el mismo.
- Del otro, la omisión de pruebas y tratamientos oportunos. Un Ictus es una emergencia médica en la que cada segunda cuenta. Por ello el retraso en la asistencia, en la realización de pruebas diagnósticas, en la adopción de medidas terapéuticas (medicamentos como heparina o la realización de una tromboembolisis) son, por definición, negligencias médicas.